Macarena Soto escribe con la excusa de la exposición: “Es el Parque do Flamengo, es el Rio de Janeiro de Lota de Macedo Soares y su convulso amor con Elizabeth Bishop. Es el verde de la sombra llegando al tuétano. Una silueta que nunca se cierra, los quiebros de una hoja de palmera que insinúan más de lo que ocultan. Naturaleza en lo urbano, en el ser humano, el tiempo que ya no nos es más ajeno, la llegada de lo dulcemente inevitable. Emilio Jiménez se para en seco ante el caos, las prisas, los despertadores, el smog, las carreteras para vehículos de alta ocupación. En ese climax, luminoso, aireado, dispara. Las mujeres que se muestran frente a él, le ofrecen una feminidad y una antropología concreta, diferente de la de sus congéneres. Ellas son símbolo y objeto de estudio de su lente, con las impurezas, las imperfecciones. Aún no lo sabe, pero ante ellas, y con ellas, su figura se desvanece, se muta en un testigo silencioso de lo femenino que tanto le atrae, le inspira y le invita a echar una partida de dados. El azar hace su trabajo, pares o impares, luz o sombra, pero al final son ellas, él ya no está”.
El autor, Emilio Jiménez, comenta que “Anatomía natural, salvaje” es una exposición de 24 obras que aborda la fotografía de desnudo en blanco y negro. Descubrí en “La sal de la tierra” el documental que el director Wim Wenders rodó sobre la vida y obra del fotógrafo Sebastião Salgado, una frase que decía. “Era mi primer reportaje de naturaleza, la primera vez que fotografiaba a otros animales. Durante ocho años tuve tiempo de ver, y de comprender lo mas importante; Que soy tan naturaleza como una tortuga, como un árbol, como una piedra”. ¿Somos verdaderamente conscientes de que nosotros somos naturaleza? ¿O vivimos en una sociedad de plástico y cemento que nos ha hecho olvidar? De estas preguntas surge la idea central, la linea conceptual de la serie. Mediante un juego visual de luces y de sombras; sombras de plantas, de na- turaleza, de seres vivos que intentan fusionarse y confundirse sobre el cuerpo desnudo de una mujer, enfrentando sus anatomías, adaptándose la una a la otra siendo salvajes.
Emilio Jiménez vio la luz pocos meses antes de que la historia del mundo cambiase para siempre en 1989 con la caída del Muro de Berlín. Quizá por eso, el universo que el joven fotógrafo pacense plasma en sus trabajos tiene mucho de aquellas ansias de igualdad y libertad. Los pasillos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Extremadura fueron testigos de sus primeros pasos como fotógrafo, para más tarde aunar moda y fotografía, a través del Máster Internacional de Fotografía de Moda, de la prestigiosa Escuela EFTI. Actualmente, reparte su tiempo y esfuerzos entre esta especilidad y su trabajo más personal de donde nace esta exposición. Al igual que su reciente acercamiento al mundo de la autoedición que le ha llevado a la publicación de dos líbros bajo el título “Monographique” y “Mediterraneo”.