Calles empinadas que suben y bajan. Fachadas y colores que en otros tiempos tuvieron su esplendor. Olor a añejo, a río y mar a la vez. Locales con puertas abiertas donde se oyen rumores de fado.
Todo eso y más existe en la Alfama, un barrio singular y único de la bella Lisboa; un barrio que como Lisboa tiene cicatrices de viejas heridas mal curadas. Un delicioso laberinto de estrechas callejuelas que parten del estuario del Tajo y suben la colina formando el lugar ideal para que circule libremente la cultura.
En una de sus innumerables calles, concretamente en la Travessa do Almargem, se encuentra un local “donde el arte y la gastronomía se cruzan”. Me refiero al delicioso “Duetos da Sé”. Un restaurante que se asienta en un local maravillosamente abovedado y que es el lugar ideal para disfrutar de la música, la pintura o la fotografía junto a un buen vino y a una de las excelentes viandas que salen de los fogones de su cocina.
Si todo ello se adorna con la voz templada de Beatriz Portugal y la guitarra generosa de João Roque, la noche puede ser distinta e irrepetible. ¡Cómo así fue!