Pere Pons y Horacio Fumero son una pareja singular; ambos, tocados con sombrero o gorra, dedican su tiempo a predicar el jazz.
Del primero conocía de sus andanzas por estos mundos jazzísticos por su dilatada e intensa actividad como escritor, periodista en diversos medios, impulsor y colaborador de festivales, fundador de revistas de jazz o autor de varios libros.
Del segundo, por mis canas y discoteca, había saboreado (en conciertos o grabaciones) su espectacular carrera musical al lado de grandes músicos como Gato Barbieri, Freddie Hubbard, Johnny Griffin, Woody Shaw, Benny Golson o nuestro querido y admirado Tete Montoliu.
Y de este último, Tete Montoliu, viene la cosa; una cosa que tenía como objetivo recordar y homenajear a ese maravillo, único y gran pianista que fue nuestro Tete Montoliu.
Han venido a Badajoz, dentro del Ciclo Jazz en Montesinos que organiza Fundación CB, a presentar el libro “Round about Tete” (Libros del Kultrum), una biografía coral sobre la vida y obra de Tete Montoliu, en un libro escrito por Pere Pons y que Horacio Fumero ilustra con el contrabajo.
Tete Montoliu, el negro del Eixample, ha sido el más prestigioso y reconocido universalmente de nuestros músicos de jazz. Y es de él, a través de esta ambiciosa biografía coral que se nos presenta, del que se busca mantener vivo su legado echando mano de una legión de músicos, familiares, allegados y amigos para explicar a fondo al genial pianista y compositor.
La tarde noche transcurrió entre la presentación de la referida obra y una cena en el siempre agradable y magnifico restaurante Casa Marce.
La presentación del libro fue un torrente de ilustración sobre el jazz; Pere y Horacio recrearon momentos vividos junto al maestro Tete, momentos unos conocidos y otros totalmente inéditos para las personas que allí nos encontrábamos. ¡Una delicia!
Después, al termino del acto de presentación, vino una cena para el recuerdo. Pere, Horacio, mi querido amigo Lorenzo y el que esto escribe, dando cuenta de hermosas viandas (jamón, lomo o bacalao dorado) pusimos letra y música a la noche.
Pere nos hablaba de su vida, de esa forma de encararla siendo uno mismo, en un juego de un malabarista que, a su labor de escritor y periodista, suma la faceta de propulsor de la carrera de distintos músicos (por ejemplo, la de Horacio Fumero), o programando cultura en cualquier lugar que se le reclame. Un enamorado de una Barcelona que hoy, según su opinión, languidece por infinidad de factores.
Y Horacio nos habló largo y tendido de su recorrido vital, que es también en cierta medida parte de la historia del jazz en este país. Desde su llegada hace cincuenta años a Barcelona, hasta sus experiencias junto a monstruos como Gato Barbieri y Tete Montoliu. Mezclando la música con mi vida, nos contó relatos de escena y anécdotas con pequeños monólogos que hicieron nuestra delicia. Horacio es un tipo que toca el contrabajo y que luce mucha memoria, humor y emociones de todo tipo. Él que presume de estar siempre en la sombra, ha estado, al menos esta tarde noche, debajo del foco más intenso.
Y, desgraciadamente, llegó el momento de las despedidas; una despedida en la que Pere Pons se ajusta el sombrero y esgrime la sonrisa de un hombre forjado en la tarea de predicar la palabra del jazz. Mientras, Horacio Fumero se funde en un caluroso abrazo con Lorenzo y conmigo; un Horacio que nos presenta el último retrato de un artista muy especial que, además de ser un gran acompañante, ha sabido componer música de espacios infinitos, de esperas contenidas, que vuelven como jadeos en esa comunión de ese jazz mayúsculo que aprendió junto a Tete.
Gracias, muchas gracias, a Pere y Horacio.