Carlos Ayuso, extremeño afincado en los Países Bajos, ha vuelto por su ciudad, Badajoz, para presentar su primera aventura como líder y compositor. Un proyecto que según el mismo manifiesta “atrapa al público con su energía contagiosa traspasando los límites del jazz sin dejar de ser fiel a sus raíces”.
Es, probablemente, una buena definición de lo que hoy nos han ofrecido sobre el escenario que Fundación CB reserva para su ciclo “Jazz en Montesinos”. Es evidente que nuestro protagonista conoce mejor que nadie lo que hace y ofrece. Pero, humildemente, me gustaría definir el concierto como un crisol musical, aquel que a través de un recipiente hecho de material refractario (la formación), funde alguna materia (la música) a temperatura muy elevada.
La formación, en cuarteto, que nos presentan es: Carlos Ayuso (batería y líder), Björk Semey (contrabajo), Marios Charalampous (saxo tenor) y Javier Alcántara (guitarra eléctrica); una formación que, procedente de Países Bajos, incorpora al pacense Javier Alcántara.
Y lo han hecho bien; diría que muy bien. Han entretenido y entusiasmado a un repleto auditorio que percibía como Carlos Ayuso trataba, con sus composiciones y liderazgo, contarnos que su curiosidad y voluntad le han permitido ir creciendo como músico, además de ser un baterista que busca cánones rítmicos del bebop que saben ir más allá de este lenguaje que causó furor a mediados del siglo XX.
En ese crecimiento musical que nuestro líder y protagonista ha realizado, se ha topado con un enérgico saxofonista (Marios Charalampous, Chipre), una multicultural bajista con amplias y variadas raíces musicales (Björk Semey, Suecia) y un experimentado y virtuoso guitarrista (Javier Alcántara, España), que le hacen crecer y orientar todo ese furor compositivo que demuestra hacía un universo musical en el que se encuentran a gusto ofreciendo momentos de gran calidez y otros de pura pasión y catarsis.
¡Larga vida al jazz!