viernes, 13 de diciembre de 2024

Ignasi Terraza y Antonio Serrano en Jazz en Montesinos


Volvía un grande, Ignasi Terraza, a "Jazz en Montesinos"; una muestra que comienza a dar signos de consolidarse como la otra gran marca del jazz pacense. Y en esta ocasión lo hacía a dúo, con otro gran musico como Antonio Serrano. Y lo hacían para ofrecernos un encuentro de “alto copete”: distinguido y de gran altura musical.

Ignasi Terraza (Barcelona, 1962) es un pianista, simbiosis de Oscar Peterson y Ahmad Jamal, con una amplísima discografía que ha paseado su pianismo por medio planeta y acompañado a músicos de la talla de Frank Wess, Lou Donaldson, Benny Golson o Nicholas Payton.

Antonio Serrano (Madrid, 1974) es un armonicista que se mueve a discreción en estilos tan diversos como el jazz, el flamenco, la clásica o el tango. Músico de amplia formación musical que ha colaborado con gente como Chano Domínguez, Jorge Pardo, Carles Benavent, Paco de Lucía, Toots Thielemans, Wynton Marsalis o Paquito de Rivera.

Comentado lo anterior, con ese bagaje vital y musical que presentan, solamente quisiera dejar constancia de lo espectacular de su concierto; un concierto que los llevó por las composiciones de Charlie Parker, Cole Porter, Toots Thielemans o Ignasi Terraza. Composiciones en la que demostraron que son dos voces sensibles, inquietas y virtuosas que llenan sobradamente con sus permanentes diálogos un escenario y una velada dedicada a esta música maravillosa que es el jazz.

¡Larga vida al jazz!

domingo, 1 de diciembre de 2024

Sobre la fotografía – Una jornada en Lisboa en cuatro actos y una despedida


Parafraseando a Susan Sontag, la inabarcable creadora y una de las más influyentes intelectuales de la cultura norteamericana, dejaré registro en estas breves líneas de una maravillosa e inolvidable jornada vivida en Lisboa por, para y sobre la fotografía.

Primer acto – De Badajoz a Lisboa

Badajoz ha comenzado a despertar, son las primeras horas de un sábado y sus calles transmiten tranquilidad y sosiego. Algunos viandantes, como el que esto narra, se dirigen a la puerta del MEIAC, el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, con la idea de comenzar una sugerente visita a la querida y maltratada Lisboa.

Nos espera una larga e intensa jornada que comenzará con un viaje en autobús para un grupo de diecinueve personas que viajan ávidas de fotografía.

Hace fresco y el sueño invita a parapetarse en la somnolencia de los kilómetros que nos separan de Lisboa. El autobús se dirige a su destino en un silencio que solo se alterará con una parada técnica para el desayuno o con el avistamiento de un escenario brumoso de fondo, donde la capital portuguesa nos espera con sus barrios de aires bohemios y sus rincones detenidos en el tiempo.

Segundo acto – El taller de Luis Pavão

Nuestro protagonista, un hombre del Renacimiento llamado Luis Pavão, vive y trabaja muy cerca del hermoso Parque Campo Mártires da Patria, un lugar curioso por tener preciosos gallos en libertad paseando con las gallinas y su prole, junto a gansos, pavos o palomas por su cuidado jardín.

Unas pocas calles más abajo se encuentra el templo, el taller, de Luis Pavão: nuestro primer objetivo de la jornada.

Pavão destila sensibilidad por arrobas, pero también modestia, empatía con los que le visitamos; hay un auténtico entendimiento del guion que debemos desarrollar sin grandes discursos, sin alharacas, sin vanidad, ….

Nos enseña con mimo y fruición su mundo, su casa taller; y lo hace utilizando todo eso que seguro ha experimentado para seguir explorando el mundo de la fotografía, con la curiosidad de un niño de pocos años, el mundo que le rodea.

Y en aquel santa sanctórum de la fotografía, Luis Pavão, nos cuenta su modo de entender la fotografía, de cómo durante años con su cámara se encargó de capturar la Lisboa “no oficial”, aquella que estaba fuera del cuadro de las inauguraciones y de la idea de progreso vendida por el poder. A modo de un “diario visual”, de un trabajo que poseía la espontaneidad de lo íntimo, Pavão fue sacando instantáneas de aquella realidad que le salía al paso, con una capacidad y talento especiales para encontrar en lo cotidiano aquello que atravesaba el corazón del receptor al ver una imagen.

Y así, entre charlas y aparataje fotográfico, además de entre libros y discos de jazz, con la presencia de su amable y deliciosa pareja que nos ofrece pastéis de nata y un delicioso vino de Oporto, transcurre la intensa mañana.

El taller de Luis Pavão es la prueba y el documento de un intenso trabajo que deja constancia de todo aquello que está detrás de una obra que legará nuestro protagonista: un mundo creativo en torno a su primera pasión, la fotografía, un universo ecléctico en el que caben todas sus vivencias, desde el relato de pobreza y frío de su Lisboa vivencial hasta su pasión final por las fotografías intervenidas por su mano o la recuperación de viejas técnicas de la fotografía; todo lo que ha poblado sus afectos, su vida más íntima, su familia.

Tercer acto – Libros y más fotografías

Y, claro, los libros y más fotografías no podían faltar después de aquel atracón visual en el templo de Luis Pavão.

Para ello nos dirigimos, en primer lugar, al Archivo Municipal de Lisboa para sumergirnos en la 14ª edición de la Feria del Libro de Fotografía de Lisboa, donde se presenta un mercado de foto libros, con la presencia de editores y libreros que ponen a la venta tanto rarezas como las últimas novedades editoriales en el campo de la fotografía, dando a conocer al público su potencial, como futuros foto libros; un espacio para autores y pequeñas editoriales, y presentaciones de proyectos fotográficos de autor.

Comida frugal y veloz……………………. ¡No olvidemos que venimos obsequiados con natas y oporto!

Autobús y al MAAT, Museu de Arte, Arquitetura e Tecnologia, a disfrutar de la exposición de William Klein titulada “O Mundo Inteiro é um Palco”.  La exposición es hermosa y extensa, la retrospectiva más completa del célebre fotógrafo que he podido conocer hasta la fecha.

Cuarto acto – De Lisboa a Badajoz

El regreso es muy distinto a la ida; el día ha sido largo y bien aprovechado, pero la gente viene con ganas de hablar y trasladar a su compañero de asiento lo bien que ha resultado la experiencia.

El autobús avanza entre decenas de vehículos que intentan salir de una ciudad invadida de personas y coches; una ciudad hermosa que, con esta intensidad de visitas, puede comenzar a perder parte de esa hermosura que la han convertido en una de las capitales europeas más hermosas.

Despedida

Es de bien nacido ser agradecido; por ello, ahí van los agradecimientos que son más que merecidos: a Catalina Pulido y Lucía Castillo por la organización desde el MEIAC y a Laura Covarsí por ser nuestra conexión y traductora del buen hacer y maestría de Luis Pavão. ¡Gracias a todas ellas!