Divagando....................
domingo, 28 de julio de 2024
¡La música lo cura todo!
sábado, 20 de julio de 2024
CBF Trío - Jazz en Montesinos
sábado, 25 de mayo de 2024
Pere Pons y Horacio Fumero, pareja singular
sábado, 27 de abril de 2024
Bobby Martínez en Jazz en Montesinos
domingo, 17 de marzo de 2024
Giovanni Guidi en Badajoz
Que la música no entiende de fronteras es una evidencia. Y
que son los músicos los que materializan esa conducta, es también evidente.
Viene esto a cuento tras haber compartido concierto, además
de mesa y mantel, con Giovanni Guidi, un pianista nacido en 1985 en Foligno (en
la Umbría italiana).
Guidi es hombre de poliédrica personalidad, íntimo y
reservado, lírico y disonante, además de sensual e irónico. Conocido por su
técnica en el piano y por su capacidad de improvisar con gran fluidez y
creatividad, es una de las figuras más interesantes que existen en la
actualidad en la escena jazzísticas italiana desde que fue presentado por el
maestro Enrico Rava. Ha grabado para CAM Jazz, Venus o ECM y presentado su
música en festivales de New York, Chicago, San Francisco, Buenos Aires,
Santiago de Chile, Rio De Janeiro, Salvador de Bahía, Toronto, Montreal, Hong
Kong, Jakarta, Tokyo, Seul, Mumbai, New Delhi, Estambul, Berlín, Londres,
Atenas y Bucarest; es decir, por medio planeta.
El concierto fue brillante, con un Giovanni Guidi desaforado
inundando la sala con un pianismo que bebe de Keith Jarrett o Sonny Clark, con
temas que enlazaba uno tras otro sin dejar respirar a un auditorio repleto y
fascinado con su puesta en escena.
Hasta el momento, “Jazz en Montesinos”, la marca que pone
nombre al ciclo jazzístico de Fundación CB, nos está ofreciendo distintas
formas de entender e interpretar jazz al piano: Emilio Solla, Chano Domínguez,
Ignasi Terraza, José Carra y, ahora, Giovanni Guidi.
Y si Giovanni Guidi no entiende las fronteras en la música,
menos las entiende en su forma de ver el mundo que nos rodea; es crítico, muy
crítico, con todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor con las políticas
que impiden que la gente se mueva libremente por el mundo en busca de una mejor
situación social, económica o política. Bebe de ese axioma que enuncia que “las
fronteras, las banderas y las religiones solo sirven o han servido para que
muera la gente”.
Después del concierto, en la etapa de la mesa y mantel en la
Bodega San José, además de las reflexiones sobre la situación política que
vivimos, pudimos compartir opiniones en torno a nuestro amor compartido por el
jazz y la música; siempre acompañados por Massimo Di Stefano, su manager y un
excelente conversador.
Perigeo, Franco D'Andrea, Danilo Rea, Enrico Rava, Massimo
Faraò, Gino Paoli o el Flamenco, hicieron de la velada un auténtico placer.
Hablamos también de una supuesta presencia en el próximo festival de jazz de
Badajoz.
¡A repetir!
lunes, 12 de febrero de 2024
Arturo Serra y José Carra: un dúo conectado
Se trata del cuarto concierto del
ciclo organizado en Badajoz por Fundación CB bajo el titulo “Jazz en Montesinos”.
Un concierto que tiene como novedad la formación presentada: un dúo de vibráfono
y piano. Los tres anteriores (Emilio Solla, Chano Domínguez e Ignasi Terraza)
habían sido a piano solo.
Arturo Serra y José Carra son los
protagonistas de este sábado incrustado en el Carnaval de la ciudad que,
posiblemente, ha restado algo de público al concierto; poco más de medio
centenar de personas han sido los afortunados de disfrutar de una elegante y rodada
formación.
El vibrafonista Arturo Serra está
considerado como uno de los mejores vibrafonistas del país, con un instrumento poco
utilizado por su dificultad técnica. Por su parte, el pianista José Carra es
uno de los jóvenes y brillantes pianistas que pueblan el panorama jazzístico español.
Ambos músicos están en los últimos tiempos mostrando su trabajo en numerosos
conciertos por toda la geografía española.
Serra, a lo largo del concierto,
comentó en varias ocasiones la permanente conexión que, por wasap, tiene con
Carra y que le permite preparar nuevos temas a interpretar en sus conciertos. Añado
a su comentario, que la conexión de estos dos músicos va más allá del wasap. Y
lo digo porque hablo de una conexión que se remonta al origen de sus propias
carreras musicales.
Es muy probable, diría que seguro,
que este concierto no se hubiera celebrado caso de no existir esa conexión a la
que aludo. Arturo Serra, valenciano residente en Málaga, es un músico que llegó
a esta ciudad en busca de un futuro en el campo de la música; en esa ciudad pudo
establecerse, crecer musicalmente y ser, entre otros logros, profesor de
múltiples alumnos, entre los que se encontró a José Carra.
Es evidente que esa conexión,
alumno profesor, será la génesis de una reunión musical que después de infinitos
conciertos sigue maravillando e iluminando el mundo del jazz.
En el concierto aludido, las expectativas no quedaron huérfanas. Arturo Serra y José Carra derrocharon su intima conexión. La que trasmitieron sin fisuras o aspavientos, a través de esos instrumentos en apariencia contrapuestos, que se fusionaron en ritmo, melodía y armonía con una improvisación calculada y libre a la vez. Enorme complicidad con miradas o gestos que nos transportaron a un mundo sin fin como el del JAZZ.
domingo, 28 de enero de 2024
Fernando Navarro, una lección de vida
Ayer tuve la oportunidad (la suerte o el placer) de estar en
la presentación del libro “todo lo que importa sucede en las canciones” del célebre
crítico musical Fernando Navarro; una presentación sobre la que debo manifestar
mi grata experiencia al poder ser testigo de cómo se aborda el tema musical en
relación con la existencia del ser humano.
Un párrafo el anterior que podría parecer grandilocuente o
excesivo, pero que analizando con detenimiento lo que Fernando Navarro aborda
en el citado libro o en la referida presentación podría quedarse corto.
Por otra parte, no es de extrañar, que con el currículo en
medios de comunicación que presenta el protagonista (El País, El País Semanal, Cadena
Ser, Ruta 66, Efe Eme o Rolling Stone) tenga el bagaje o experiencia del que hace
gala.
Solamente, para tratar de explicar lo anterior, voy a
detenerme en cuatro conceptos que me llamaron poderosamente la atención: la ausencia,
la maternidad, la libertad o el disco. Son cuatro
conceptos que, para mí, tienen una ligazón esencial en toda esta historia. Podría,
seguro, abordar otros conceptos que me llamaron la atención, pero entiendo que
los elegidos son más que suficientes para comprobar que no estamos hablando únicamente
de un escritor que hace critica musical y si de un ser humano que hace
filosofía a través de la crítica musical.
El que el libro se titule “todo lo que importa sucede en las
canciones”, nos da una pista de cómo el autor quiere enfrentarse a la historia:
la música, a través del disco, le ha permitido alcanzar la libertad absoluta
que le inculcó su madre ante la ausencia de un padre desconocido.
Lección de vida, llamaría yo a lo anterior. Una lección
aprendida e inculcada por una madre que no solo le dio la vida, sino que también
le ayudó y enseñó a utilizarla.
Cómo explicar la ausencia de un padre con algo tan
descarnado como “Después de meses, más bien años, he comprendido que he llegado
hasta aquí con la única esperanza de tener suficientes pares de botas, aunque
mi única revolución simplemente sea intentar ser un buen padre para Alejandro”.
La ausencia, en este caso la del padre, como acción y efecto
de ausentarse o de estar ausente. Algo que le pasó a nuestro protagonista: su
padre se ausentó y provocó un vacío, en principio, insustituible o irremplazable.
Al menos en tres ocasiones, nuestro protagonista, manifestó que quizás,
solamente quizás, su padre podía estar trabajando en el hospital de nuestra
ciudad, Badajoz.
Y esa ausencia nos introduce de lleno en la maternidad.
Escribía un poco más arriba que la ausencia del padre era, en principio, insustituible
o irremplazable; pero debo de manifestar, así lo confiesa Fernando Navarro, que
su madre le ayudó a enfrentase a la misma de la forma que solamente una madre
es capaz de realizarlo a través del vínculo que se crea desde el momento de la
gestación y que se va acrecentando durante el momento del nacimiento, la
lactancia y posteriormente con el cuidado en los primeros años de vida del hijo:
vivencias y relaciones que serán elementales para el desarrollo de su
personalidad.
Hablaba Fernando Navarro de que la enfermedad y la muerte de
su madre eran la clave o génesis de lo escrito en su libro, un libro que relata
una crisis personal que lleva al protagonista a la madurez, donde asume el
fracaso, a través de la libertad que le facilita la música.
La libertad, obsesión de una madre para su hijo. “Mi
madre me enseño a creer en las personas, no en las banderas o en las fronteras;
me enseño e inculcó, con su dejarme aprender en libertad, que el ser humano se
construye cayéndose y levantándose”. La experiencia nos demuestra que cuando
asentamos el cuidado de nuestros hijos en el cariño, la compresión y la
aceptación les ayudamos a crecer en un ambiente de confianza, desde donde se
puede explorar con total libertad y seguridad todas sus emociones y
potencialidades para desarrollar una etapa adulta plena y feliz.
Y nos faltaba el cuarto elemento catalizador de esta lección
de vida, de esta lección de filosofía que nos imparte Fernando Navarro: el disco;
que bien podríamos haber sustituido por la música, pero que nuestro caso, el
disco, es la materialización de la misma y una forma de contarnos la evolución inadecuada
de una sociedad que vive sin freno.
“Es curioso que cada ciudad que visito esta huérfana de
tiendas de discos”. Alguien del publico le recuerda que en Valladolid si
existen; pero aquí, en Badajoz, es cierto que desaparecieron hace muchos años.
Aquellas maravillosas “Ítaca Discos” o “Ciclos”, en Badajoz, donde, a través de
la maestría de sus gestores y propietarios -Antonio o Carlos-, se nos permitía
tener un lugar donde peregrinar a buscar y escuchar nuestros discos de aquellos
músicos que colmaban nuestro ansía de libertad: John Coltrane, Miles Davis, Return
to Forever, Mahavishnu Orchestra, Frank Zappa o Tete Montoliu.
Llegabas desbocado, nervioso por los cuatro costados, entrabas
en aquellos templos, reducidos en espacio y amplios en material discográfico, y
comenzaba aquella maravillosa y ya imposible historia de buscar entre los cajones
de los discos a la búsqueda de aquel deseado LP que posteriormente desgastarías,
por la cara a y la b, para después embolsar cual inalcanzable tesoro que pasaría
a formar parte de la isla perdida de tu habitación familiar.
¡Gracias, Fernando, por esta lección de vida!