Fue una velada realmente agradable la que tuve ocasión de compartir con Antonio Mingote; esta ocurría un día 21 de noviembre de 2003.
Mucho tiempo ha transcurrido desde aquel día, pero el recuerdo permanece imborrable: era un hombre imaginativo, jovial y que había vivido mucho. La velada, junto a ricas viandas, se alargó por sus continuos comentarios sobre situaciones vividas y personas y personajes conocidos.
¡Descanse en paz!
No hay comentarios:
Publicar un comentario