Así comienza el XXXIV Festival de
Jazz de Badajoz, con fuego amigo. Fuego, por la hermosura y contundencia de la
música que ofrece la formación de Miguel Zenón; y amigo, por ser una formación
que destila compañerismo y un perfecto acoplamiento (imagino que por el tiempo
que llevan tocando juntos) y por ser una formación que nos visita por segunda
vez.
Miguel Zenón (saxo alto), Luis
Perdomo (piano), Hans Glawischnig (contrabajo) y Henry Cole (batería), es la
formación del cuarteto.
La mezcla, la fusión, de la música folclórica
latinoamericana y el jazz más moderno es el signo de identidad de Miguel Zenón,
una personalidad única como compositor y músico.
Un brillante Luis Perdomo, junto a los eficientes Hans
Glawischnig y Henry Cole, son el perfecto trío que acompaña a un saxofonista
alto que desgrana y ofrece música y más música.
La RUCAB, el lugar elegido para estrenar esta edición del
Festival, presentaba un auditorio completo y enfebrecido por la música del
cuarteto.
¡Un gran comienzo!
11-11-2021 ¿Cuba?
Nos mudamos al Teatro López de Ayala; a partir de hoy, el
Festival desarrolla su actividad en el López.
Hoy toca, nunca mejor expresado, Gonzalo Rubalcaba: el
excelso y exuberante pianista cubano.
Mis deseos, los más íntimos, lo hubieran preferido con otro
tipo de formación y con otra onda musical. ¡Pero es lo que hoy nos ofrece el
Festival!
Gonzalo Rubalcaba es uno de esos pianistas caribeños a los
que he seguido a lo largo de toda mi vida. Es un pianista tocado por la varita
de la madre naturaleza, dotado de una capacidad técnica fuera de lo común y de
esa sensibilidad y forma de hacer música que tienen los cubanos.
Leia hace pocas fechas en algún lugar unas declaraciones del
pianista donde decía “Nadie podrá borrar que nací y crecí allí, y que hay una
parte de mi formación como persona y profesional que se dio en Cuba, entre
otras tantas cosas que se pueden nombrar. Lo cierto es que ya no pertenecía a
esa realidad que existe o existía ahí. Pertenezco a otra, que es la de donde yo
vivo y donde me desenvuelvo”.
Gonzalo Rubalcaba tiene rasgos en su personalidad musical
que nunca cambiarán. Su carácter y personalidad mantienen su esencia. Ha
crecido por lo que ha visto y vivido. La vida se va encargando de mostrarle
acontecimientos que le han llevado a madurar, interiorizando lo vivido y
aprendido para llevarlo a su música.
Pues bien, a pesar de todo ese amor desmedido por este
pianista, hoy el concierto me ha defraudado. Rubalcaba no merece este formato y
a esta vocalista, Aymée Nuviola.
El público de Badajoz, que acostumbra a ser muy agradecido,
disfrutó con el concierto, participando con palmas y pequeños coros durante la
actuación de estos dos cubanos que se conocen desde que fueron juntos a la
escuela. El que esto escribe, no. Me acerque con cautela al concierto,
mentalizado de lo que podría ser el concierto; pero lo que escuche esta noche
me defraudó.
¡Una lástima!
12-11-2021 Delirio
Dícese del estado de alteración
mental en el que se produce una gran excitación e intranquilidad. O también,
como bien lo expresaba esta noche Jorge Pardo, “la música que ofrece nuestro
trío”.
Carles Benavent (bajo eléctrico),
Tino di Geraldo (batería y tabla) y Jorge Pardo (saxo tenor y flauta) nos han
ofrecido esta noche un “delirioso” concierto repleto de esa música que ellos tan
bien interpretan: “gotas de flamenco en el mundo del jazz”.
Instrumentos que vuelan sobre
improvisaciones delirantes; reflejos de Paco de Lucia, Chick Corea, Chet Baker
o Camarón; color y calor y, sobre todo, la maestría que retratan en todo lo que
interpretan.
Antes del concierto, en la prueba
de sonido, les contaba a Jorge Pardo y Carlos Benavent sobre una anterior
visita a Badajoz allá por 1989. Carlos Benavent junto a Max Suñé y Jorge Pardo
con Víctor Merlo y Carlos Carli; todos ellos en la IV Semana de Jazz en Vivo
que se desarrolló en el Auditorio Municipal Ricardo Carapeto. ¡Qué tiempos!
Pero volviendo a la deliciosa y
delirante locura de esta noche, conviene recordar que después de un concierto
como el vivido uno puede asegurar que la música en vivo no está en crisis; que a
la gente le hace falta esta emoción y que, de esta manera, la música en vivo no
nunca morirá.
Estos músicos nos recuerdan que,
para hacer flamenco jazz, como en el caso de otras fusiones, con el blues o con
el rock, es necesario conocer a fondo la tradición para luego, sobre ella,
echar a volar.
¡Sobresaliente concierto!
13-11-2021 ¡Al fin hard
bop!
Tardó en llegar, pero llegó el hard
bop; esa música de la década de los cincuenta del siglo pasado que todavía hoy
es predominante en esto del jazz.
Wayne
Escoffery (saxo tenor), Jeremy Pelt (trompeta), James Burton III (trombón),
Victor Gould (piano), Rahsaan Carter (contrabajo) y Mark Whitfield, Jr. (batería)
es la formación que bajo el nombre de “Black Art Jazz Collective” han
desbordado la emoción de un repleto López de Ayala.
La cantera de músicos
norteamericanos no para de lanzar jóvenes que, bajo una formación técnica
espectacular, se enfrentan a composiciones ricas en armonías y ritmos.
Será el aire que respiran, el
agua que beben o la alimentación que mantienen o todo ello a la vez; pero la
realidad es que es una cantera inagotable de magníficos músicos.
Los de esta noche, en formación
de sexteto y cual formación de unos “pequeños Jazz Messengers”, es una alineación
impecable en la que hay gente tan valiosa como el trompetista Jeremy Pelt o el saxo
tenor Wayne Escoffery.
La formación consiguió momentos
espléndidos, adobados por solos que levantaron el fervor del público. Con todo
ello la gente estaba, no contenta, sino feliz; pocas veces se ha visto tal
unanimidad en la sonrisa, tan sincera insistencia cuando se pide una
repetición. Aquello fue la mejor medicina para poner de buen humor a todo el
mundo.
¡Esperando la edición de 2022!
Excelente, el que ko estuvo allí se puede hacer idea de cómo fue. Rigor, conocimiento y mucho jazz es lo que emana de este artículo .
ResponderEliminarGracias..............
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