El intenso calor de la jornada ha convertido la ciudad en un pequeño infierno; algo habitual, por cierto, en Badajoz. ¡Nada nuevo bajo el sol!
Hoy toca jazz en “Jazz en Montesinos”, ese espacio que poco a poco se va convirtiendo en un lugar de referencia para esa música compleja en su definición y nada fácil de delimitar, pero siempre amable con el aficionado; su coqueto auditorio o su vistosa terraza son lugares en los que apetece escuchar jazz.
Y hoy el protagonismo lo adquiere al CBF Trío, un nombre que identifica a tres pedazos de músicos; a saber: Pedro Calero (órgano hammond), Paulo Bandeira (batería) y André Fernandes (guitarra eléctrica); un trío que utiliza la improvisación como pilar fundamental de su música.
Son varios los años que llevan tocando juntos, prácticamente una década. Se dice pronto, pero es indudable que ello se aprecia sobradamente en la sincronización del trío.
La música que presentan son composiciones de Pedro Calero, André Fernandes o Pink Floyd. Su música resulta furiosa, impresionante y fundamental, con un sonido explosivo que toma elementos tanto del jazz como del rock o el blues, pero que es una declaración musical tan audaz e irreverente que, en su momento, fue tildada de revolucionaria.
En el CBF Trío se pueden escuchar sonidos cercanos al free jazz, al jazz más clásico o al rock, porque si algo ha caracterizado a este grupo ha sido su iconoclastia, su enfoque hacia un jazz que podía beber tanto de las fuentes más clásicas de esta música como no cortarse a la hora de versionar a formaciones como Pink Floyd. Son todo un soplo de aire fresco en el, a veces, cargado ambiente del jazz más clásico.
Pedro Calero, un talentoso pianista y compositor que se ha convertido en un músico omnipresente e imprescindible en la escena musical extremeña, que utiliza la música como una forma de rendir un permanente homenaje a las influencias positivas en su vida: arte, música, espiritualidad o familia parecen ser protagonistas de todo lo que toca o compone.
Paulo Bandeira, un todoterreno de la batería, amante de la mezcla entre el lenguaje del jazz y otras tendencias musicales que aporta al trío la traducción que hace que los ritmos contagiosos del tema parezcan que son construidos sin gran esfuerzo.
André Fernandes, con cerca de medio centenar de discos publicados, es un guitarrista con un sonido propio que ha impulsado el jazz en Portugal a niveles de calidad que a nadie deben envidiar; también un compositor maduro y fresco, con una capacidad de improvisación impresionante.
En definitiva, un trío de raza ibérica con dos portugueses y un español que ayudan a que dos países aislados en lo musical durante décadas, por razones geográficas y políticas, alcancen en la actualidad un brillo análogo al de cualquier otro lugar.
Y el calor, intenso, dio paso a una noche amable que, junto a la excelente puesta en escena del trío, permitió al público asistente seguir haciendo camino en esta sala de referencia en la que se está convirtiendo “Jazz en Montesinos”.
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