Pasear por Córdoba es una grata experiencia: sus calles, sus visitantes y lugareños dan a la ciudad un paisaje digno de mirar y admirar. Conviene realizarlo con detenimiento, sin prisas y deambulando sin rumbo. La luz de la ciudad tras un fuerte aguacero, junto al color de las edificaciones de su centro histórico, permite al caminante disfrutar de un paisaje idílico.
Córdoba es historia. Y a la historia se debe siempre volver para aprender, para empaparse de lo que le ocurrió a nuestros antepasados. Y la ciudad es una lección viva de historia: romana, musulmana o cristiana. Y toda esa historia deja importantes huellas.
Y hablando de huellas y de historia (en la que la música y los músicos están siempre presentes) dejare aquí constancia de un detalle de una pared de una emblemática taberna: la conocida por el nombre de “Casa el Pisto”. Enclavada en una hermosa plaza en pleno centro de la ciudad, esta tradicional taberna cuenta con más de cien años de historia y, de esta forma, es una de las tabernas más antiguas de la ciudad, ya que sus orígenes se remontan al año 1880.
Pues bien, en sus atiborradas paredes puede encontrarse la foto de un ilustre visitante: nada más y nada menos que el guitarrista Paco de Lucía. Imagino que Paco de Lucía, al igual que el firmante de este blog, disfrutaría de su maravillosa cocina y ambiente. Toda una experiencia para el paladar y la vista.
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