El concierto que nunca se celebró……………..
sábado, 30 de mayo de 2020
jueves, 28 de mayo de 2020
miércoles, 27 de mayo de 2020
martes, 26 de mayo de 2020
Dr. Lonnie Smith
Estoy escuchando un magnífico concierto grabado en Gothenburg un 7 de marzo de 2008 con la siguiente formación: Dr. Lonnie Smith (B3 Hammond organ y vocal), Joey DeFrancesco (B3 Hammond organ y trompeta), Massimo Farao (piano) y Byron Landham (drums).
Y, al hilo de ello, me viene a la memoria otro magnífico concierto, este en Badajoz, un 13 de noviembre de 2015; con la siguiente formación: Dr. Lonnie Smith (órgano Hammond y otros teclados), Jonathan Kreisberg (guitarra) y Joe Dyson (batería).
Os dejo una fotografía que tomé del Dr. Lonnie Smith.
¡Larga vida al jazz!
Dr. Lonnie Smith & Joey DeFrancesco - Gothenburg
Dr. Lonnie Smith: B3 Hammond organ, vocals
Joey DeFrancesco: B3 Hammond organ, trumpet
Massimo Farao: piano
Byron Landham: drums
Live at Symfoniker, Gothenburg, Sweden, March 17, 2008
1. This I Dig For You
2. I’m Confessin’
3. Bemsha
4. Just Squeeze Me
5. There Is No Greater Love
6. Take The Coltrane
7. Estate
8. Willow Weep For Me
9. Come Together
10. Symfoniker #10
11. So What
Joey DeFrancesco: B3 Hammond organ, trumpet
Massimo Farao: piano
Byron Landham: drums
Live at Symfoniker, Gothenburg, Sweden, March 17, 2008
1. This I Dig For You
2. I’m Confessin’
3. Bemsha
4. Just Squeeze Me
5. There Is No Greater Love
6. Take The Coltrane
7. Estate
8. Willow Weep For Me
9. Come Together
10. Symfoniker #10
11. So What
lunes, 25 de mayo de 2020
domingo, 24 de mayo de 2020
martes, 19 de mayo de 2020
Francesco Cataldo - Giulia
01. I tuoi colori (Prologo) (4:33)
02. Giulia (6:11)
03. Levante (6:42)
04. Waltz for Two (6:41)
05. Two Ways (2:50)
06. Joy and Pain (6:09)
07. Two Colours (4:49)
08. So Small So Big (5:07)
09. Two Ways (Reprise) (3:15)
10. Circles (Epilogo) (2:45)
Vito Francesco Cataldo: compositions, arrangements, guitars, piano on tracks 5 and 9
Marc Copland: piano
Pietro Leveratto: double bass
Adam Nussbaum: drums
02. Giulia (6:11)
03. Levante (6:42)
04. Waltz for Two (6:41)
05. Two Ways (2:50)
06. Joy and Pain (6:09)
07. Two Colours (4:49)
08. So Small So Big (5:07)
09. Two Ways (Reprise) (3:15)
10. Circles (Epilogo) (2:45)
Vito Francesco Cataldo: compositions, arrangements, guitars, piano on tracks 5 and 9
Marc Copland: piano
Pietro Leveratto: double bass
Adam Nussbaum: drums
lunes, 18 de mayo de 2020
domingo, 17 de mayo de 2020
sábado, 16 de mayo de 2020
viernes, 15 de mayo de 2020
miércoles, 13 de mayo de 2020
martes, 12 de mayo de 2020
domingo, 10 de mayo de 2020
sábado, 9 de mayo de 2020
viernes, 8 de mayo de 2020
Fotógrafo furtivo
Caminar sin rumbo, sin horario…. Sin que nadie me espere.
Madrugar y echarme materialmente a la calle a jugar a cruzarme con gente. A mirarla y a ser mirado; a retratarla sin ser retratado. Dedicarme a hablar sin decir nada o a decir sin hablar.
Fotografiar para resistir.
Son muchas las cosas que me gustan de las grandes urbes. Por ejemplo, ese anonimato de la calle. Caminar sin que nadie te conozca, sin conocer a nadie; mirar y que te miren, es un todo un placer y, en ocasiones, toda una aventura.
Una aventura en esas ocasiones en el las que el retratado de forma furtiva, te señala y no interpreta adecuadamente qué haces con una maquina en la mano y disparando sobre él. En fin, son los riesgos de esta loca afición furtiva.
La calle es una sinfonía de cosas, una amalgama constante y sin fin de sensaciones: gente de aquí y de allá, gente con y sin problemas, gente con luz en su cara, colores, sonidos, ……
He practicado mucho este juego. Un juego que requiere de un ceremonial que comienza con un despertar temprano en una ciudad sin nombre, que solamente tenga gente en la calle.
Gente, los protagonistas del juego, que serán retratadas en blanco y negro de forma inconsciente al instante de fotografiar. Ajenas a la ceremonia de pintar con la luz parte de su persona.
Desde este mismo momento pido disculpas por perturbar su caminar y sus pensamientos.
Debo de señalar que este juego tiene dos momentos cumbre: la fotografía y su visionado posterior.
Lo importante, al menos para mí, no es la nitidez del retrato y sí el gesto o la expresión que captas en ese robo furtivo y sin intención hacer daño.
Son personas como tú o yo; personas que caminan por una ciudad impersonal con cientos o miles de asuntos en su cabeza y que buscan el placer de liberarse paso a paso.
Al andar, el cerebro no tiene que preocuparse de nada. Andar es fácil, todo el mundo puede hacerlo y si, además, recibe una dosis extra de oxigeno y de aire puro de la naturaleza, se siente aún mejor.
Y ahí, en ese instante, es en el que se cruza en su camino el furtivo fotógrafo; un fotógrafo que pretende robarle el alma, captando en la medida de lo posible su capacidad de sentir y pensar.
Posteriormente, visionando el trabajo realizado, uno puede sobrecogerse de lo que ha captado.
Allí, en el mejor de los casos, encontraré el retrato a personas, individualmente o en grupo, que mirando o posando frente a la cámara o en actitudes absolutamente espontáneas, me muestran sus rasgos, actitudes u ocupaciones A ellos les di todo el protagonismo, sin invadir su espacio, fotografiándolos desde el anonimato.
Es posible que en esta forma de hacer fotografía se encuentre un modo de relacionarme con la gente, de hacer patente su empatía, curiosidad o extrañamiento … ¡Es posible!
Madrugar y echarme materialmente a la calle a jugar a cruzarme con gente. A mirarla y a ser mirado; a retratarla sin ser retratado. Dedicarme a hablar sin decir nada o a decir sin hablar.
Fotografiar para resistir.
Son muchas las cosas que me gustan de las grandes urbes. Por ejemplo, ese anonimato de la calle. Caminar sin que nadie te conozca, sin conocer a nadie; mirar y que te miren, es un todo un placer y, en ocasiones, toda una aventura.
Una aventura en esas ocasiones en el las que el retratado de forma furtiva, te señala y no interpreta adecuadamente qué haces con una maquina en la mano y disparando sobre él. En fin, son los riesgos de esta loca afición furtiva.
La calle es una sinfonía de cosas, una amalgama constante y sin fin de sensaciones: gente de aquí y de allá, gente con y sin problemas, gente con luz en su cara, colores, sonidos, ……
He practicado mucho este juego. Un juego que requiere de un ceremonial que comienza con un despertar temprano en una ciudad sin nombre, que solamente tenga gente en la calle.
Gente, los protagonistas del juego, que serán retratadas en blanco y negro de forma inconsciente al instante de fotografiar. Ajenas a la ceremonia de pintar con la luz parte de su persona.
Desde este mismo momento pido disculpas por perturbar su caminar y sus pensamientos.
Debo de señalar que este juego tiene dos momentos cumbre: la fotografía y su visionado posterior.
Lo importante, al menos para mí, no es la nitidez del retrato y sí el gesto o la expresión que captas en ese robo furtivo y sin intención hacer daño.
Son personas como tú o yo; personas que caminan por una ciudad impersonal con cientos o miles de asuntos en su cabeza y que buscan el placer de liberarse paso a paso.
Al andar, el cerebro no tiene que preocuparse de nada. Andar es fácil, todo el mundo puede hacerlo y si, además, recibe una dosis extra de oxigeno y de aire puro de la naturaleza, se siente aún mejor.
Y ahí, en ese instante, es en el que se cruza en su camino el furtivo fotógrafo; un fotógrafo que pretende robarle el alma, captando en la medida de lo posible su capacidad de sentir y pensar.
Posteriormente, visionando el trabajo realizado, uno puede sobrecogerse de lo que ha captado.
Allí, en el mejor de los casos, encontraré el retrato a personas, individualmente o en grupo, que mirando o posando frente a la cámara o en actitudes absolutamente espontáneas, me muestran sus rasgos, actitudes u ocupaciones A ellos les di todo el protagonismo, sin invadir su espacio, fotografiándolos desde el anonimato.
Es posible que en esta forma de hacer fotografía se encuentre un modo de relacionarme con la gente, de hacer patente su empatía, curiosidad o extrañamiento … ¡Es posible!
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