Miquel Jurado, en su magnifico libro “Tete. Casi autobiografía”, escribe sobre una persona que cambio los últimos años de Tete Montoliu. Por ejemplo, en la página 303, escribe: “Tete no sólo recuperó su estabilidad emocional y afectiva al lado de Montserrat, recuperó muchas otras cosas, las más importantes: la salud y, a renglón seguido, la creatividad musical”. También pone en boca de Tete el siguiente comentario: “Ahora tengo algo por lo que vale la pena vivir y que no guarda absolutamente ninguna relación con nada de lo que me ha sucedido en toda mi vida. Todo es nuevo, cada día es una sorpresa, una revelación”.
De esa mujer, Montserrat García-Albea, recibía una misiva (que adjunto) en la que desgranaba el mucho amor y respeto por todo lo que Tete había supuesto para ella y para la música.
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