Siempre el jazz, en cualquier momento o lugar. ¿Y dónde hoy?, sería la pregunta. La respuesta, a continuación.
Un nuevo paseo por la magnífica exposición "Flamenco Project. Una ventana a la visión extranjera. 1960-1985", en el MEIAC de Badajoz, me permite observar los puntos de encuentro entre dos músicas que salen del corazón: flamenco y jazz. La exposición nos cuenta que las décadas de los sesenta y los setenta vieron una "invasión extranjera" sin precedentes por parte de apasionados e intrépidos músicos que se aventuraron lejos de sus hogares y culturas, desde Estados Unidos y otros países, para conocer in situ el flamenco de los pueblos de Andalucía. Fueron jóvenes atraídos por lo que consideraban la profundidad de la música y la sencillez del estilo de vida andaluza. Es en definitiva, un proyecto de fotografía, audio y vídeo que retrata, en su ambiente más íntimo de fiesta y diversión, a artistas fundamentales como Diego El Gastor, Fernanda de Utrera, la Perrata y otros artistas anónimos que mantuvieron la tradición en el ambiente más familiar hasta los años ochenta.
En una de las películas que se muestran en la exposición, “Flamenco: A Personal Journey”, uno de los personajes entrevistados comenta al entrevistador que estos viajeros americanos que nos visitan, sienten por el flamenco el mismo respeto y amor que sienten los viajeros españoles que visitan los Estados Unidos por el jazz. Y esa sentencia, expresada por la boca de un exponente del flamenco profundo, indica la conexión entre dos formas de entender la música y la vida; dos formas de expresar el sentimiento humano.
Jazz y Flamenco, Flamenco y Jazz.
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