miércoles, 25 de mayo de 2011

Pat Martino

Recordando al magnífico guitarrista Pat Martino, un músico que comenzó a tocar profesionalmente a los 15 años de edad y que después de años de gran profesionalidad nos demostró la importancia del esfuerzo y el trabajo. En 1980 se sometió a una operación cerebral para corregir una aneurisma que le provocó la pérdida de la memoria y cualquier habilidad para tocar. Empezó a tocar de nuevo escuchando sus propios discos.

Aquí os dejo un pequeño artículo publicado en El País de la mano de Javier Sampedro.

Por cierto, os invito a escuchar uno cualquiera de sus grandes discos: por ejemplo uno de 2001, Live at Yoshi's. Escuchad el tema All Blues.

martes, 24 de mayo de 2011

Bob Dylan

Hoy, en el día de su setenta cumpleaños y como homenaje a Dylan, recordaré algo de su concierto en Mérida un 10 de julio de 2008. Decía (o escribía), por ejemplo: “Y que me estoy haciendo mayor es evidente. También me explicaré. Hace treinta años, cuando cualquier músico se enfrentaba a una de sus himnos musicales, el público respondía con una mar de mecheros que iluminaban y acompañaban al músico. Esta noche, cuando Dylan cantaba el hermoso “Like A Rolling Stone”, un mar de pantallas de teléfonos y cámaras digitales rememoraban a aquellos nostálgicos mecheros de hace treinta años. ¡En fin!”

Por cierto, aquel día y en aquel concierto también actúo la banda de Albertucho, la cual dejo un gran sabor de bocas y oídos a los presentes (incluido al que esto escribe).

Pues eso Bob, que muchas felicidades.

sábado, 21 de mayo de 2011

paredes

El ministro del Interior ha reiterado la idea de que "no existe democracia si no se cumplen las leyes".

En el Mayo del 68 se pedía “la imaginación al poder”.

En el Mayo del 2011 pidamos “el poder a la imaginación”.

domingo, 15 de mayo de 2011

XIV Festival de Jazz de la Universidad de Sevilla

Comentaba el jueves a unos amigos: mañana estaré por Sevilla, en el XIV Festival de Jazz de la Universidad de Sevilla. Espero buena música. Y continuaba: ¡ya veremos!

Y la verdad es que por Sevilla estuve, pero de música vengo algo contrariado. Un Kyle Eastwood en una onda no excesivamente jazzistica y un Steve Coleman “demasiado conceptual”, dejaron mis ansias de jazz algo huérfanas.

Eso sí, tuve tiempo para degustar una exposición fotográfica, de Cristina García Rodero, titulada “España oculta”. También, en la Fnac, una selección de las fotografías ganadoras y finalistas del Premio PhotoEspaña Ojo de Pez de Valores Humanos.

Un concierto de películas

Imagino que tener un apellido tan ilustre, con un pasado y presente tan importante en el cine y en la música, debe marcar de manera significativa. El futuro, hoy presente, de Kyle Eastwood estaba predestinado al jazz o al cine. Y por lo visto fue al jazz, sin olvidar la faceta cinematográfica.

Y digo esto porque lo vivido, y escuchado esta noche, ha sido un concierto de películas. Música concebida por y para el cine, ya que Eastwood es músico de jazz y compositor de bandas sonoras. Y lo que nos ha pretendido transmitir a lo largo de la hora y media de concierto ha sido música de películas, con determinadas armonías jazzisticas.

Con una formación en quinteto: contrabajo (bajo eléctrico), piano, batería, saxos y trompetas, nos cuenta su visión de este negocio: la música que interpreta esta pensada como acompañamiento de imágenes. A medio concierto interpretan un tema llamado Marrakech que es todo un ejercicio de cinematografía: desde las primeras notas del tema, y con los ojos cerrados, puedo imaginar un plano general y lejano de la ciudad, con un acercamiento progresivo, y muy lento, hacia los tejados de la ciudad. Después nos introducirá por sus calles y plazas, mostrándonos a sus habitantes. Todo ello con la habilidad y buen hacer de un constructor de música de cine.

Un buen momento del concierto son dos de los últimos temas interpretados: Andalucía (compuesto en estas fechas) y Café Calipso (donde se desborda el saxo tenor).

La película de Coleman

Steve Coleman es un tipo frío y cerebral. Su música, los aficionados lo sabemos, tiene mucho de investigación, estudio y permanente creatividad. Y cuando te enfrentas a su música, ya sabemos que estamos avisados.

Y, desgraciadamente, debo reconocer que lo que estuve mirando, escuchando y degustando, no me lleno de la forma que esperaba. Daba la impresión de que estaba por allí de paso, para cubrir el expediente y acabar cuanto antes. ¡Lastima no haber podido disfrutar de un “pedazo” de músico!

martes, 3 de mayo de 2011

Un "chiquillo" frente a Roy Haynes

Efectivamente, el personaje de la fotografía es Roy Haynes. Sí, el magnífico y superlativo batería (baterista), el legendario lobo de la rítmica, el músico en que han confiado todos los “grandes” del Jazz: Charlie Parker, Thelonius Monk, Miles Davis, Bud Powell, Sarah Vaughan o John Coltrane.

Ese músico que ha sido para los amantes de esta música una garantía de autenticidad, de calidad. Siempre que teníamos la ocasión de tenerlo frente a frente (en directo o en un disco) sabíamos que, con toda seguridad, su presencia en cualquier formación garantizaba la calidad del producto.

Y lo realizaba en sus comienzos, allá por la década de los cuarenta del pasado siglo, o en la actualidad, por ejemplo en este concierto que ilustra la fotografía: el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista de Madrid, un 8 de mayo de 1999.

Mi admirado Federico González decía, entre otras cosas, en El País, el 10 de mayo, “La madre de Roy Haynes no tuvo un hijo: tuvo un batería de jazz. Para Haynes, los tambores siguen siendo, 74 años después de aquel feliz acontecimiento, su razón de existir”.

Pero en esta ocasión lo realmente importante de la fotografía no está en lo que se ve (en Roy Haynes), sino en lo que no se ve (en quien aprieta el disparador de la cámara). Y lo digo porque estamos hablando de un “chiquillo” de poco más de 10 años, que con esta instantánea estaba empezando a practicar una afición que luego se convertiría en obsesión y, posiblemente en un futuro, en profesión.

Un “chiquillo”, hoy un joven, con unos valores fundamentales bien arraigados y bien entendidos que, a buen seguro, le permitirán caminar por la senda que él estime conveniente y adecuada.

Sirvan estas pequeñas líneas como un doble homenaje: 1º) a un “maestro” de la música: Roy Haynes, y 2º) a un “aprendiz” de la vida y la fotografía que, con seguridad, se convertirá en un “maestro” de la vida y la fotografía: quien apretó el disparador de la cámara.  

domingo, 1 de mayo de 2011

Luis Bagaría

Hoy, 1 de mayo, es un buen día para reivindicar la figura de un hombre dulce, bonachón, bohemio, sentimental  y republicano: Luis Bagaría.

Hoy, a más de setenta años de su muerte, el nombre del caricaturista catalán Bagaría dice muy poco al común de los mortales. Quizá porque mostró con toda crudeza y humor la siempre lacerante realidad española.

Por todo eso tienen una deuda con la exposición “Bagaría en El Sol”, en el MEIAC de Badajoz.