lunes, 26 de agosto de 2019

Pensión O Prouso - Carnota

Unos días libres y el deseo de conocer nuevos lugares, puede convertirse en una experiencia tan gratificante como la vivida en la población de Carnota; un municipio costero situado en la zona suroeste de La Coruña. Carnota lo tiene todo para triunfar: gente amable y un paisaje sin par. Resalto que ese “sin par” está dedicado a la gente y al paisaje.

Puede parecer excesivo la característica de sin par; pero, con sinceridad, me parece un adjetivo que cuadra muy adecuadamente con lo que allí pude encontrar y disfrutar.

Naturaleza, patrimonio y bonhomía, sería un tridente justo para explicar tan recordado lugar.

En la naturaleza tiene todo el protagonismo una playa que desde una punta a otra, exhibe cuatro ecosistemas diferentes: la propia playa, las dunas, las mareas y las marismas.

En el patrimonio, el hórreo de más de treinta y cuatro metros o la iglesia de Santa Comba de Carnota son exponentes de una belleza digna de tan destacado lugar.

Y me extiendo en la bonhomía de Carnota, asegurando que a la población también se entra por el paladar y el dormir. Y este es un capítulo especial y diferencial ya que hablamos de las personas: de su saber estar y hacer. Y pondré, para ello, el ejemplo que me ha impulsado a utilizar el término: me refiero a la Pensión O Prouso.

“Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento”, es la definición exacta que encontré en las personas que regentan el lugar (Pedro y su familia) donde establecí el lugar de parada y descanso en esos días. 

La mejor forma para definir la estancia es: "estuve en mi casa", ya que tenía todo lo necesario para descansar y alimentar el cuerpo y el alma. Si damos alimento al cuerpo, que es perecedero, entonces, sin duda, nuestro deber principal es dar alimento al alma, que es imperecedera; y en ello se esforzó Pedro de manera especial.

¡Un lugar para volver una y otra vez!
 

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