Y aquí me encuentro, escuchando “12-15-78”, con una edición en compacto de “32 Jazz” que en estos días ha llegado a mis manos (y oídos) que data de 1999 y que recoge una grabación de 1978 en el Village Vanguard de Nueva York. Una grabación en formación de trío que cuenta con Kenny Burrell a la guitarra eléctrica, Larry Gales al contrabajo y Sherman Ferguson a la batería. Una grabación que se estaba produciendo con la recién estrenada mayoría de edad del que esto escribe.
Curioso eso del paso del tiempo (tiempo y espacio, dos conceptos inseparablemente relacionados, donde se representan todos los sucesos físicos que nos rodean). Y lo digo porque entre la fecha de la grabación, 1978, y el día en que conozco a Kenny Burrel en Badajoz, 1986, habían transcurrido nueve años; años que se elevan hasta los cuarenta y tres entre la grabación, 1978, y el encuentro con la misma, 2021.
Burrell había nacido en julio de 1931; luego contaba en este momento cuarenta y siete años de edad (casi los mismos que he tardado en comentar la grabación, ¡otra vez el tiempo!) y ostentaba una madurez interpretativa fuera de toda duda que le permitía enfrentarse a un repertorio que llevaba obras de su composición o de Cole Porter, Dizzy Gillespie, Duke Ellington, Sonny Rollins, Milt Jackson y así hasta un total de doce composiciones.
Un Kenny Burrell, músico con sonido propio, alejado de complicaciones, que a lo largo de su carrera ha lucido una forma de enfrentarse a su guitarra clara, directa y concisa. Una forma de tocar la guitarra y de hacer camino que le ha llevado a tener y presumir de una reputación de guitarrista sobresaliente, de modelo para generaciones de músicos posteriores y como uno de los grandes de la guitarra en el mundo del jazz. ¡Todo ello sin necesidad de alardes o alaracas efectistas!
Aquella mayoría de edad a la que aludo más arriba era una cuestión política y administrativa, pues mi mayoría de edad en el mundo del jazz, quizá, ya se había producido unos años antes. No quiero ser presuntuoso ni soberbio, pues aseguro que, por aquellos años, el jazz había calado dentro de mi mucho tiempo antes.
De este asunto, de mi llegada a la música y al jazz, en particular, tengo cosas escritas que en algún momento repasaré y contaré a quién quiera escucharme.
También, a quién quiera escucharme, les hablaré algún día de aquel esplendido e irrepetible concierto que se produjo en Badajoz un 16 de noviembre de 1986; un concierto donde Kenny Burrell a la guitarra eléctrica, junto a Kenny Washington (batería) y David Jackson (contrabajo) hicieron las delicias de un abarrotado Teatro López de Ayala.
Continuará….
No hay comentarios:
Publicar un comentario