Que la música no entiende de fronteras es una evidencia. Y
que son los músicos los que materializan esa conducta, es también evidente.
Viene esto a cuento tras haber compartido concierto, además
de mesa y mantel, con Giovanni Guidi, un pianista nacido en 1985 en Foligno (en
la Umbría italiana).
Guidi es hombre de poliédrica personalidad, íntimo y
reservado, lírico y disonante, además de sensual e irónico. Conocido por su
técnica en el piano y por su capacidad de improvisar con gran fluidez y
creatividad, es una de las figuras más interesantes que existen en la
actualidad en la escena jazzísticas italiana desde que fue presentado por el
maestro Enrico Rava. Ha grabado para CAM Jazz, Venus o ECM y presentado su
música en festivales de New York, Chicago, San Francisco, Buenos Aires,
Santiago de Chile, Rio De Janeiro, Salvador de Bahía, Toronto, Montreal, Hong
Kong, Jakarta, Tokyo, Seul, Mumbai, New Delhi, Estambul, Berlín, Londres,
Atenas y Bucarest; es decir, por medio planeta.
El concierto fue brillante, con un Giovanni Guidi desaforado
inundando la sala con un pianismo que bebe de Keith Jarrett o Sonny Clark, con
temas que enlazaba uno tras otro sin dejar respirar a un auditorio repleto y
fascinado con su puesta en escena.
Hasta el momento, “Jazz en Montesinos”, la marca que pone
nombre al ciclo jazzístico de Fundación CB, nos está ofreciendo distintas
formas de entender e interpretar jazz al piano: Emilio Solla, Chano Domínguez,
Ignasi Terraza, José Carra y, ahora, Giovanni Guidi.
Y si Giovanni Guidi no entiende las fronteras en la música,
menos las entiende en su forma de ver el mundo que nos rodea; es crítico, muy
crítico, con todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor con las políticas
que impiden que la gente se mueva libremente por el mundo en busca de una mejor
situación social, económica o política. Bebe de ese axioma que enuncia que “las
fronteras, las banderas y las religiones solo sirven o han servido para que
muera la gente”.
Después del concierto, en la etapa de la mesa y mantel en la
Bodega San José, además de las reflexiones sobre la situación política que
vivimos, pudimos compartir opiniones en torno a nuestro amor compartido por el
jazz y la música; siempre acompañados por Massimo Di Stefano, su manager y un
excelente conversador.
Perigeo, Franco D'Andrea, Danilo Rea, Enrico Rava, Massimo
Faraò, Gino Paoli o el Flamenco, hicieron de la velada un auténtico placer.
Hablamos también de una supuesta presencia en el próximo festival de jazz de
Badajoz.
¡A repetir!
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