Alcochete es una pequeña población portuguesa vertida al Tajo. Desde la misma se divisa la majestuosidad de la desembocadura del Tajo en el Atlántico y la hermosa y cosmopolita Lisboa.
Imagino que, aunque pudo ser así, la gran Amália Rodrigues dedicaba los atardeceres a prendarse de la luz y el color que emana de Lisboa, desde un lugar tan estratégico como Alcochete. Amália amaba sobremanera a Lisboa, su ciudad natal y también la ciudad que la vio desaparecer. Y también imagino que la presencia de Amália Rodrigues en ese enclave, llevó a dedicar el lugar a la magnifica fadista.
Por cierto, Amália Rodrigues amaba ampliamente la música y a los músicos. No distinguía el estilo del músico, solo su calidad musical. No os perdáis el disco “Encontro” de Amália Rodrigues y Don Byas, una intersección entre el fado y el jazz en la Lisboa de 1968.
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