miércoles, 15 de abril de 2020

15-04-2020 De paseo con Juan de Ávalos


Y aquí continuamos, con nuestra mejor cara, asidos de la mejor manera a la existencia. Son días, ya semanas, de negrísimos nubarrones que dificultan nuestro vivir diario.

Y como esto parece que va para largo, debemos entretenernos en disfrutar del día a día. De observar a nuestro alrededor, de disfrutar de lo que está al alcance de nuestra mano.

Y que mejor que utilizar los recuerdos de una mañana de domingo, de un domingo que empieza a parecerse al invierno, por aquello de un frío viento que se te mete por las entretelas; un domingo en el que pasear y degustar de todo aquello que sale a tu encuentro. Sin planificar, simplemente caminando y tomando lo que a tu paso encentras.

Levantarse temprano, cuando la gente aun descansa, y lanzarte a la calle sin rumbo. 

Primera parada, cualquier buen bar o cafetería que ofrecen unos maravillosos molletes con aceite y ajo. Una vez repuestos y cargadas las pilas: a caminar.

Segunda parada, el Museo de Bellas Artes de Badajoz, por ejemplo, con una exposición del “cuestionado” Juan de Ávalos. Lo de siempre, mezclamos el pensamiento político con todo lo demás. Y, la verdad, no alcanzo a ver el motivo; o mejor, sí lo alcanzo, pero no lo comparto. De la exposición que guarda apuntes y bocetos de su obra más polémica, el Valle de los Caídos, me gusta de manera especial un Velázquez exquisito.

A continuar, y ya que estamos con Juan de Ávalos, con una visita al Parque de la Legión, lugar que guarda otras obras del autor.

Para ello, oyendo solo el caminar de mis pies, recorro lentamente, degustando el paseo, las calles Meléndez Valdés, Felipe Checa, Virgen de la Soledad, San Juan, Concepción Arenal y Eugenio Hermoso para desembocar en la Ronda del Pilar, donde se encuentra en bello lugar de la ciudad, con un pasado turbio y digno de recordar sólo en los libros de historia. Y allí, más de lo mismo, esa escultura con monumentalismo rotundo e histriónico, en la acepción de aquella persona que se expresa con la exageración.

Y todo ello, el camino, el paseo y la observación regado con una inmejorable banda sonora, al menos para el que esto escribe, King Crimson en In the Wake of Poseidon y The Court of the Crimson King.

Pues eso, que aquí continuamos asidos de la mejor manera y con nuestra mejor cara……………

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