martes, 30 de agosto de 2011

Sobre fotografía

Hace tiempo que no dedico ni una sola palabra a la fotografía. Pues bien, la lectura en Babelia del articulo “Hacer fotos documentales” me ha sugerido dedicar esta entrada.

En primer lugar, dejo el link de este magnifico y sugerente articulo; con el que por cierto estoy plenamente de acuerdo:


Y, en segundo lugar, recuerdo (enumerándolas) las exposiciones que he visitado en los últimos meses, desde junio:

  • En Sevilla. España Oculta de Cristina García Rodero.
  • En Madrid. Eugéne Atget.
  • En Madrid. Paparazzo extraordinaire! de Ron Galella.
  • En Madrid. Cámara ardiente: prostitutas de Fernell Franco.
  • En Vigo. Obras maestras de Ricard Terré.
  • En Vigo. Fotógrafos de la naturaleza, selección del concurso anual Wildlife photographer of the year.
  • En Portimao. World Press Photo 2011.
Y eso es todo, que no es poco para disfrutar.

lunes, 29 de agosto de 2011

Coimbra: fado, jazz y otras músicas

Salir de casa y viajar es uno de mis entretenimientos favoritos. ¿Adonde? Qué más da, lo importante es conocer lugares y personas que nos enriquezcan.

Por ejemplo, una forma de practicar el entretenimiento es coger el coche y poner rumbo a Coimbra, hermosa ciudad a la que el paso del tiempo ha dejado huellas irreparables. Me recuerda a la italiana Bolonia.

Coimbra es una ciudad pequeña, de unos 150.000 habitantes, situada en una colina junto al caudaloso río Mondego. Pasearla es un placer sin fin. Sus calles, callejuelas, cuestas y plazas guardan infinidad de tesoros a la espera de visitantes intrépidos ávidos de nuevas experiencias.

De la ciudad, de su arquitectura, de sus gentes y de su universidad podríamos hablar (escribir) largo y tendido. Pero no es esa la intención de estas pocas líneas, la intención es poner la atención sobre la música que se respira y vive en la ciudad. En cualquier esquina de una calle puede percibirse que sus habitantes viven para la música. Sí, digo para la música; porque se pueden escuchar tanto acordes de fado como a Miles Davis en algún reproductor de alguna casa o local.

Y ojo, que no es solamente música grabada, también se aprecia la música en vivo en la calle o en los locales de ese laberíntico barrio alto.

En un delicioso local, el Café de Santa Cruz (al lado del monasterio iglesia de Santa Cruz), puede degustarse por las noches (y de manera gratuita) un exponente del fado de Coimbra. Decía el líder del grupo que el fado de Coimbra es una canción romántica, de amor: de amor del hombre por la mujer. Y recalcaba muy claramente esa dirección: del hombre por la mujer.

Pero ya digo que no solo existe el fado. Unos metros más allá, en una empinada cuesta puede encontrase uno instrumentos en la calle, piano y batería, que harán las delicias de los aficionados al jazz. Unos metros más arriba, uno puede obsequiarse, en la tienda “quebra orelha music shop”, con alguna edición discográfica de jazz portugués. Yo me obsequie con “fluxorama” del guitarrista Afonso Pais.

Pero no solo hay fado y jazz. Si se miran sus paredes (magníficos tablones de información y denuncia) se observará que se anuncian conciertos, ya celebrados o por venir, de estilos tan divergentes como la clásica o el rock. En definitiva, MUSICA.

Y no podía de ser de otra forma, una ciudad tan bella y cordial debe tener entre sus cualidades la oferta de ese bien magnifico, y a veces poco valorado, llamado música.

jueves, 25 de agosto de 2011

Rory Gallagher

Cuando tenía 16 o 17 años conocí a un excelso guitarrista que hacía mis delicias de joven enamorado de la música: música negra, rock, blues, jazz y los guitarristas. Mucho me hizo disfrutar. Su nombre, Rory Gallagher.

Décadas después he vuelto con mucha fuerza sobre Rory Gallagher. Me tiene enganchado, es pura visceralidad.

Rory Gallagher, irlandés de nacimiento, fue una celebridad en los 70 y cayó en el olvido en los 80. Su música de gran calidad no le dieron la fama, pero sí la grabación de un buen puñado de lp’s (a su nombre o al de Taste), donde nos regalaba los mejores y más incendiarios solos de guitarra. ¡Pura intensidad!

Era un guitarrista soberbio, gran cantante, excepcional compositor... pero engrosó la lista de grandes músicos que pasan al ocaso, pero crean música brillante, sincera, honesta, visceral, sangre para nuestras venas, néctar para nuestros oídos. Es la historia, como la de tantos otros, de un perdedor de la vida y la música. Su historia hubiera conformado un excelente guión para una película dirigida por John Huston.

lunes, 8 de agosto de 2011

Benny Carter




Siempre me ha gustado esta fotografía del incombustible Benny Carter. Hoy, en el día de su cumpleaños, bien merece su publicación.

Por cierto, también un reconocimiento para el fotógrafo, Paul Slaughter.

Visitad la página http://slaughterphoto.com

domingo, 7 de agosto de 2011

Cecil Taylor en Lisboa

Pues no, no me gustó el maestro Taylor. ¿Qué no sería mi mejor noche? Es también posible, y que ello influenciara en el desagrado de lo escuchado y vivido.

Y es verdad que debo de matizar una afirmación tan rotunda. Distinguiría en el concierto dos partes diferenciadas (¿bien diferenciadas?): la interpretación al piano y el vodevil.

Al piano, Cecil Taylor, es un fenómeno, un maestro. Lo que se proponga frente al instrumento, lo clava, lo engrandece. Pero bien es verdad que es posible que mis expectativas de la noche estuvieran muy altas y Taylor no llego a cubrirlas.

Lo del papelito y el recitado, ya me parece algo fuera de lugar. ¡Lo siento por los que disfrutaron, pero mi nivel intelectual no llego a tanto! Vestido de una especie de jugador de fútbol americano (y de blanco radiante), me noqueo con ese recitado ¿cómico?

Esta segunda, e infumable segunda parte, es la que pudo inclinar la balanza para afirmar “no me gustó el maestro Taylor”.

Por lo demás, el Jazz em Agosto y Lisboa, como siempre: lleno absoluto en el festival y una ciudad radiante y digna de peregrinar a ella.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Perico Sambeat


Caminaba lentamente, entre la muchedumbre, acompañado de sus instrumentos (sus saxos). Al pasar junto a mí, le mire detenidamente a la cara y le dije: Hola Perico, ¿cómo estás?. ¿Quién eres?, me contesto. Solo soy un seguidor de tu sabia musicalidad. Una persona que se maravilla con tu música y a la que preocupa (intriga) tu cara, tu mirada, tu vida interior. Me miró sin saber que decir, sin saber reaccionar. En ese mismo momento, continuó su camino.

paredes (Caparica, Portugal, julio 2011)