Un ladrillo más en mi muro musical. Un concierto más para degustar y comentar; en este caso el de un músico singular, un iconoclasta sin muchas referencias en este mundo del jazz. Me estoy refiriendo a John Zorn.
Que ahora mismo recuerde no había tenido la ocasión de escuchar ninguna de sus múltiples propuestas musicales. Y en esta ocasión, como viene siendo habitual, Lisboa, la bella Lisboa, me permitía aproximarme a John Zorn. Y me lo permitía a base de tres propuestas musicales; si bien es cierto que yo solamente elegí la de Essential Cinema.
La verdad es que tiene mucho merito, pero que mucho merito, mantener durante treinta ediciones la formula del “Jazz em Agosto”. Y la realidad es que año atrás año, al menos en los que yo he sido testigo, presentan carteles que tienen gran atractivo para el público. Un público numeroso y entusiasta.
Para este concierto, el del día 3 de agosto, John Zorn se había rodeado de un elenco de magníficos acompañantes: Marc Ribot, Jamie Saft, Ikue Mori, Trevor Dunn, Cyro Baptista, Joey Baron o Kenny Wallesen daban forma a lo que Zorn nos quería contar.
Y lo que nos quería contar era su forma de musicar el cine: un cine sin palabras pero con mucha música. Una música de seda, libre y hermosa, majestuosa o demencial por momentos. El concierto tuvo momentos de una belleza sobrecogedora por la música que nos interpretaban y, sobre todo, por como la interpretaban.
Lisboa y el jazz: un binomio siempre magnifico.
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