domingo, 20 de julio de 2014

Madrid: calor y fotografía

El calor aprieta, es insufrible. Madrid se derrite bajo una ola de calor que asfixia a la península. Y por esa ciudad enrojecida por el calor, paso un día en busca de alimento para el espíritu: alimento, sobre todo, fotográfico.

Es cuestión de salir a la calle con el fresco de la mañana, aunque eso del fresco de la mañana es un recurso literario; la realidad es que la mañana en lugar de fresco lleva fuego en las esquinas. Pero la ciudad bien merece una visita pausada, lejos de coches y ruidos poco gratificantes. 

De mañana, con fresco incluido y con todo equipaje unos pies bien dispuestos, recorro el viejo Lavapiés. Fachadas, tiendas y lugareños forman una vida que merece vivirla con pausa y detalle. 

Vivir a esa señora, menuda y entrada en años, que camina con su perrita diciéndole “deja comer a las niñas”; las niñas son unas palomas que aprovechan los restos de una noche de fresco en cualquier terraza. O de uno de los múltiples bares de la zona, donde se desliza hacia la calle una conversación interior: “la alcaldesa de Madrid no sabe ni hablar………”. Un barrio reivindicativo, costumbrista, preparado para dejar surcar sus calles o sentarse en una terraza y disfrutar de un buen café y de la compañía de los que por allí pasan.

Es, no cabe duda, una manera inmejorable de comenzar una mañana que, insisto, ha comenzado hervida por el calor. Una mañana que será preámbulo de una jornada marcada por la fotografía. Madrid destila fotografía de la mano de Photoespaña2014 y de alguna otra delicia de exposición.

Lavapiés, Atocha, Paseo del Prado,……………

El color de Chile en la Casa de América; la fotografía en España en la Biblioteca nacional; Henri Cartier-Bresson en la Fundación Mapfre; los retratos de Chema Conesa en la Sala Alcalá; Eugeni Forcano o José Ortiz Echagüe en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o Antoni Arissa en la Fundación Telefónica serán gran parte del manjar (atracón) fotográfico de la jornada.

Es menester, como siempre repetía mi abuela, no olvidar otro tesoro de exposición degustada, en la Biblioteca Nacional, titulada “Fernando Pessoa en España”.

Y el calor sigue estando presente, pero es indudable que las penas con pan son menos penas, y que el espíritu esta fresco después del gratificante alimento ingerido durante el día.

Dejo fotos de la jornada, fotos tomadas con ojos bien abiertos (incluyendo un autorretrato en una de las explosiones visitadas).








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