- Hola, Robe, ¿qué hay de nuevo?
- Por lo que escucho: un disco hermoso, con letras sentidas y unos arreglos que enamoran. ¿Es así? ¿Te parece?
- Te oí comentar que habíais realizado un disco con lo mejor y lo más puro que lleváis dentro. Un disco con delirio, falta de gusto, confusión, lágrimas (las tuyas), vanidad, soledad de lechuza y contradicciones.
- Por lo que escucho imagino: que renunciando te abrazas a la negra bandera; que hay vida a pesar de dar la vida sin pensar; que no está todo perdido; que es hora de no callar; que necesitamos tiempo para amar; que por encima del bien y del mal estás tú; que esperas siempre donde rompen las olas; que dejamos de creer en la humanidad, pero estás tú; que las lágrimas apagan las penas y que es hora de estar preparados.
- Sabes Robe que, a pesar de esa cara de duro que tienes, eres un tipo sensible que con cada uno de tus versos humanizas a los que los escuchan. Como te escuche el otro día: “puede que seas un superviviente porque hay muchos desde que empezaste a tocar que se han ido a la mierda”, pero que he gozado mucho con este disco y sobre todo que sigues sorprendiéndome.
- Gracias.
Por cierto, muchas gracias Primo (con mayúsculas) por un regalo tan hermoso y sentido.
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