He vuelto a visitar, en el MEIAC de Badajoz, la exposición “Viaje a Persia” de Manolo Espaliú; un proyecto fotográfico que pretende recuperar la memoria del extremeño García de Silva y Figueroa (Zafra, 1550 - Océano Atlántico, 1624).
Y lo he realizado con una predisposición monacal e invocando a toda la fruición que puede salir de mi. También, como no puede ser de otra manera, con todo el respeto hacía el autor de la exposición. Todo ello después de haber mantenido con el fotógrafo Antonio Pérez una curiosa y edificante conversación sobre la contemplación de la fotografía.
Sostenía frente a Antonio Pérez que la contemplación de una obra fotográfica o pictórica debía de transmitir algo: mensaje, sensación, color, forma,… Algo que no me ocurría con la exposición de Espaliú.
Sostenía Antonio Pérez que ese proyecto era algo más que un proyecto fotográfico y que se apoyaba en los textos del personaje homenajeado. Y es ahí donde yo insistía para exponer mi crítica a la exposición, ya que la misma solo se sostiene con esos textos. Y que aquello tiene poco de proyecto fotográfico y mucho de un magnifico viaje para deleite del autor.
Invito al que pueda leer este texto a visitar la exposición, a recrearse con las fotografías o, como dice su autor, a “que los textos de hace 400 años y sus imágenes actuales dialoguen”. ¡Después me cuentan!
Por cierto, la exposición (como algo más que un proyecto fotográfico) estaría muy bien para el Museo de la Ciudad "Luís de Morales" de Badajoz y no para el MEIAC. No olvidemos que García de Silva y Figueroa fue corregidor de Badajoz.
Y lo he realizado con una predisposición monacal e invocando a toda la fruición que puede salir de mi. También, como no puede ser de otra manera, con todo el respeto hacía el autor de la exposición. Todo ello después de haber mantenido con el fotógrafo Antonio Pérez una curiosa y edificante conversación sobre la contemplación de la fotografía.
Sostenía frente a Antonio Pérez que la contemplación de una obra fotográfica o pictórica debía de transmitir algo: mensaje, sensación, color, forma,… Algo que no me ocurría con la exposición de Espaliú.
Sostenía Antonio Pérez que ese proyecto era algo más que un proyecto fotográfico y que se apoyaba en los textos del personaje homenajeado. Y es ahí donde yo insistía para exponer mi crítica a la exposición, ya que la misma solo se sostiene con esos textos. Y que aquello tiene poco de proyecto fotográfico y mucho de un magnifico viaje para deleite del autor.
Invito al que pueda leer este texto a visitar la exposición, a recrearse con las fotografías o, como dice su autor, a “que los textos de hace 400 años y sus imágenes actuales dialoguen”. ¡Después me cuentan!
Por cierto, la exposición (como algo más que un proyecto fotográfico) estaría muy bien para el Museo de la Ciudad "Luís de Morales" de Badajoz y no para el MEIAC. No olvidemos que García de Silva y Figueroa fue corregidor de Badajoz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario