domingo, 31 de diciembre de 2017

Sole Giménez en el Café Central de Madrid

Herbie Hancock es un tipo que lo tiene todo: magia en sus manos, gran dominio de la composición, ser leyenda del jazz y un sentido avanzado para detectar talento musical.
 

1998 fue el año de la publicación de su disco “Gershwin's World”, una grabación dedicada a la música de los hermanos George e Ira Gershwin. Un disco que, tras su éxito, quiso pasear por distintos lugares de la geografía jazzística. España no sería un lugar olvidado.

El 25 de julio de 1999 el Festival de Jazz de Donostia, en la Plaza de la Trinidad, nos ofrecía el concierto que Hancock había diseñado para pasear su premiado disco; un diseño que siempre incorporaba, según el lugar, a una vocalista que encajara con lo que quería transmitirnos. Aquí la encargada era Sole Giménez, la voz de Presuntos Implicados.

 
 
Y allí estaba el que ahora esto escribe. También el infinito y magistral pianista Herbie Hancock y su banda (Eddie Henderson, Ira Coleman y otros) que nos catapultan al cenit musical, junto a la voz de Soledad Giménez en dos temas; una Sole Giménez angustiada por tal honor y por estar embarazada.

Siempre me ha llamado la atención esta vocalista, tiene un registro curioso, interesante y que se adapta perfectamente al jazz. Prueba de ello, entiendo, es la elección que Hancock hizo de ella para el concierto que comento.

Siguiendo esa senda de la atención hacia la cantante, el pasado 27 de diciembre me acerque hasta el Café Central de Madrid para escucharla junto a un trío más que poderoso: Iván “Melón” Lewis (piano), Haru Mori (bajo) y Michael Olivera (batería).

El concierto, adornado por el poderío rítmico del trío, nos llevó por la senda prevista: un repaso de los temas más conocidos de la cantante. Un repaso musical de una mujer que mira adelante como actitud vital.
 

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