Noche en el Café Central de Madrid; concretamente la noche del diez de diciembre. Y lo primero que escribo es que ha sido el concierto de las caras; esa que definimos como la parte frontal de la cabeza.
Y, ante todo y sobre todo, manifiesto que ha sido el concierto del quinteto del pianista Mariano Díaz; un músico de origen argentino que ha puesto su buen hacer al servicio de muchos compañeros de ruta.
Pero insisto, ha sido un concierto marcado por las caras de algunos de los presentes: en el escenario o entre el público.
Mariano Díaz nos ha propuesto en el concierto un repertorio de música de su creación y de otros autores (“a mí me gusta tocar música de otros”, manifiesta).
Pero volvamos a las caras, y lo siento por la insistencia; pero las que nos ofrecieron Mariano Díaz y Perico Sambeat, en el escenario, y mi compañero de mesa, son dignas de estudio.
Solamente recordaré algo que escribía hace años en referencia a la cara de Perico:
“Caminaba lentamente, entre la muchedumbre, acompañado de sus instrumentos (sus saxos). Al pasar junto a mí, le mire detenidamente a la cara y le dije:
· Hola Perico, ¿cómo estás?
· ¿Quién eres?, me contesto.
· Solo soy un seguidor de tu sabia musicalidad. Una persona que se maravilla con tu música y a la que preocupa (intriga) tu cara, tu mirada, tu vida interior.
Me miró sin saber qué decir, sin saber reaccionar. En ese mismo momento, continuó su camino”.
Mariano Díaz (acompañado Perico Sambeat, Joaquín Chacón, Dani Pozo, Mikel Urretagoiena y Lara Vizuete) nos ofreció un repaso por la música que más ha influido en su vida, además de parte de sus últimas composiciones.
De Joaquín Chacón, viejo colaborador y amigo de Mariano Díaz, diré que fue el complemento perfecto del líder durante el concierto. Cosa lógica, sabiendo que es uno de los músicos más reconocidos de nuestro país, con una larga experiencia y solvencia en cualquiera de los proyectos en los que ha participado.
Perico Sambeat, músico de enorme prestigio, es un saxofonista de largo recorrido tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Poco queda de aquel jovencito que conocí en 1984 junto a la formación A FREE K. Hoy es venerado y tratado como leyenda viva del jazz patrio. Y así lo vi y sentí junto a Mariano Díaz. Un magnifico y versátil músico que aportaba, cuando correspondía, su granito de arena a la noche.
Y en la sala de máquinas teníamos a Dani Pozo (bajo eléctrico) y Mikel Urretagoiena (batería) que rompen la clásica concepción del jazz sin poner barreras a las nuevas ideas de las composiciones que nos ofrecieron. Comparten música y experiencia, algo importante para tocar juntos y en directo.
La guinda la ponía Lara Vizuete, una joven vocalista que interpretaba a los Beatles en clave Mariano Díaz.
Y podría volver a las caras de la noche; pero quizás es mejor que…………………………….
No hay comentarios:
Publicar un comentario