Pues aquí estamos, siguiendo las recomendaciones de “nuestros mayores”: en casa. Es como vivir una película de esas que nos ha mostrado Hollywood en ciento de ocasiones. Una película en la que, en esta ocasión, somos uno de los millones de protagonistas.
Imagino o quiero imaginar un final feliz; un final en el que comenzaremos, felices, a murmurar y a elucubrar sobre el origen de este extraño virus o coronavirus (COVID-19) que nos tiene confinados (al fin) y algo acojonados por el incierto final que esta película parece tener.
En fin, tiempo tenemos para la reflexión y la escritura. Utilizaremos este tiempo en perfeccionar nuestro intelecto y en tratar de dejarlo recogido en negro sobre blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario