Dice la RAE sobre el termino paranoia: “Perturbación mental fijada en una idea o en un orden de ideas”.
Pues así, de esa manera, es como estoy percibiendo a muchos de nuestros conciudadanos: instalados en la paranoia.
Y lo comento refiriéndome al significado de captar por uno de los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas. En este caso, tengo la sensación de que algunas de las personas que nos rodean tienen fijación con determinadas personas o ideas obsesivas.
Y lo digo con indignación y tristeza.
Indignación porque no se dan cuenta del daño que estamos causando en una situación como la que estamos viviendo.
Tristeza porque son personas dirigidas y un con un sentido crítico limitado.
Señores: ¡estamos en una situación de emergencia! Una situación que, además de los miles de personas fallecidas o que fallecerán, va a socavar la sociedad del bienestar que hemos construido con el paso de los años y con el esfuerzo de millones de personas entregadas a la causa de un vivir mejor.
¿Qué le vamos a dejar a nuestros descendientes? No sabría responder con seguridad. Pero a este ritmo, lo que dejaremos es una sociedad cada vez más desequilibrada; donde el que más tiene continúa atesorando a costa de los que menos tienen.
Pero no; aquí continuamos con la matraca (burla y chasco con que se zahiere o reprende) sobre del gobierno de turno o de los responsables técnicos que, salvo conspiración que no controlo, están trabajando por todos nosotros.
¡País!
Pues así, de esa manera, es como estoy percibiendo a muchos de nuestros conciudadanos: instalados en la paranoia.
Y lo comento refiriéndome al significado de captar por uno de los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas. En este caso, tengo la sensación de que algunas de las personas que nos rodean tienen fijación con determinadas personas o ideas obsesivas.
Y lo digo con indignación y tristeza.
Indignación porque no se dan cuenta del daño que estamos causando en una situación como la que estamos viviendo.
Tristeza porque son personas dirigidas y un con un sentido crítico limitado.
Señores: ¡estamos en una situación de emergencia! Una situación que, además de los miles de personas fallecidas o que fallecerán, va a socavar la sociedad del bienestar que hemos construido con el paso de los años y con el esfuerzo de millones de personas entregadas a la causa de un vivir mejor.
¿Qué le vamos a dejar a nuestros descendientes? No sabría responder con seguridad. Pero a este ritmo, lo que dejaremos es una sociedad cada vez más desequilibrada; donde el que más tiene continúa atesorando a costa de los que menos tienen.
Pero no; aquí continuamos con la matraca (burla y chasco con que se zahiere o reprende) sobre del gobierno de turno o de los responsables técnicos que, salvo conspiración que no controlo, están trabajando por todos nosotros.
¡País!
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