lunes, 23 de marzo de 2020

23-03-2020 En torno a la música


Largos están siendo y serán estos días de confinamiento. Días, repletos de horas, que dan para mucha actividad física e intelectual. Por ejemplo, en esta última actividad, para escuchar y degustar música de Chopin en las manos de un joven pianista de nuestra tierra.

Les aseguro que resulta reconfortante y gratificante escuchar al emeritense Abraham Samino interpretar la música de Chopin.

Este joven pianista hace ya unas fechas presentó una grabación, realizada en Austria, sobre cuatro baladas de Frédéric Chopin que ahora tengo la fortuna de disfrutar.

Resulta que el músico emeritense se formó en el conservatorio municipal Esteban Sánchez de Mérida hasta obtener el grado profesional y continuó su formación en la prestigiosa Universidad Mozarteum de Salzburgo.

Una formación que le abocó a asegurar que la música le aporta casi todo, forma parte de su ser, siendo siempre un filtro de expresión necesario en su vida.

Música que le llevó a explorar a los grandes compositores y, en especial, a Frédéric Chopin.

Frédéric Chopin nació en una ciudad bañada por el río Utrata, al igual que Abraham Samino nació en una ciudad bañada por el río Guadiana. Ríos que, como caudal de agua, podrían ser la conexión de estos dos personajes.

Durante el invierno de 1838 Chopin tuvo una estancia en la isla de Mallorca, acompañado de su amante, en el que el tiempo fue frío y lluvioso durante muchos días, lo que le inspiró una famosa composición a piano: el preludio número 15, conocido como el de la gota de agua.

Cuenta Samino, en relación con la grabación, que, interpretando las cuatro baladas de Chopin, pensó en escribirlas reinterpretándolas y relacionándolas con el agua como elemento, que es como el siente la música de Chopin.

Y, como todo esfuerzo tiene su recompensa, el pianista Abraham Samino, ha sido galardonado con el ‘Würdigungspreis 2018’, un premio que otorga el Ministerio de Educación de Austria a los cincuenta alumnos de máster más brillantes del país. La distinción honorífica reconoce su trayectoria universitaria como estudiante de piano, por su impecable expediente académico, pero sobre todo por su proyecto final de máster titulado “Ch2opin”, en el que reinterpreta de manera íntegra las cuatro baladas de Frédéric Chopin.

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